Tras momentos convulsos y colapsos sonados, las stablecoins algorítmicas reaparecen en 2025 con promesas de más solidez y mecanismos de paridad renovados. Sin embargo, la gran incógnita sigue vigente: ¿será esta una nueva etapa de estabilidad para este tipo de activos o simplemente un nuevo ciclo de promesas que podrían acabar en decepción?
A medida que aumenta la búsqueda de alternativas descentralizadas —frente a stablecoins centralizadas como
USDT y USDC—, las algorítmicas vuelven a ganar espacio en la mente de desarrolladores, inversores y entusiastas. En este artículo exploramos el funcionamiento de estas stablecoins, los fallos que arrastran del pasado y qué proyectos están intentando corregirlos para ganarse la confianza del mercado.
¿Qué son las stablecoins algorítmicas?
Las stablecoins algorítmicas son criptomonedas diseñadas para mantener un valor estable (habitualmente 1 dólar), pero sin tener reservas físicas —como dólares o bonos— que las respalden. En su lugar, se basan en algoritmos y contratos inteligentes que ajustan de manera automática la oferta y la demanda para conservar dicha paridad.
Este ajuste funciona como una política monetaria descentralizada. Si el precio de la stablecoin supera 1 USD, se emiten más tokens para reducirlo. En cambio, si el precio cae por debajo, se retiran tokens de circulación para encarecerlos por su escasez.
El concepto es elegante en teoría: estabilidad sin intermediarios. Pero, tal y como la historia demuestra, la práctica suele ser mucho más compleja.
¿Qué salió mal en el pasado?
El ejemplo más célebre de fracaso fue TerraUSD (UST), lanzada en la cadena Terra en 2022. Dicho token buscaba mantener su paridad al dólar mediante un sistema dual con LUNA —pero una vez que la confianza en el modelo se derrumbó, se desencadenó una huida masiva que hundió el valor de ambos activos.
Este “efecto dominó” evidenció la mayor debilidad de las stablecoins algorítmicas: su dependencia en la confianza colectiva hacia el algoritmo. Cuando esa confianza se rompe, el mecanismo de estabilidad puede colapsar en cascada.
Otros proyectos más pequeños también fallaron —casos como Basis o Empty Set Dollar— por no poder mantener su estabilidad a largo plazo. En general, la ausencia de mecanismos “anti-frágiles” para situaciones extremas resultó determinante.
¿Qué cambió en 2025?
Gracias a lo aprendido, las propuestas actuales se apoyan en planteamientos más conservadores y realistas. Una de las principales novedades radica en la adopción de reservas parciales con activos reales, en un modelo híbrido. Así, aunque la base para mantener el precio sea algorítmica, existe un respaldo en parte colateral para frenar desplomes bruscos.
Otro eje distinto es la transparencia: ahora se ofrecen auditorías en tiempo real, contratos inteligentes abiertos y documentación clara en lo referente a los riesgos. Este diálogo directo con la comunidad se ha vuelto clave para reconstruir la credibilidad.
También han aparecido mecanismos dinámicos de control de oferta: no dependen solo de la emisión o quema de tokens, sino de subastas, emisión de deuda interna o derivados on-chain.
En general, el renacimiento de las stablecoins algorítmicas se apoya en una mayor robustez y rigor, intentando alejarse de la opacidad que algunos proyectos mostraron antes. La validación por parte de terceros y el foco en la seguridad buscan recuperar la confianza perdida.
Proyectos que generan interés
Entre las propuestas que destacan, algunos nombres presentan soluciones novedosas:
Frax: Con un modelo híbrido, mezcla garantías reales con un sistema algorítmico. Ha logrado superar diversos ciclos del mercado y busca estabilizar el token sin depender del colateral del 100%.Ethena (
USDe): Recién lanzada, la stablecoin USDe ha llamado la atención por su uso de coberturas (hedge) y derivados descentralizados para sostener la paridad. Pretende protegerse de choques de mercado sin recurrir únicamente a liquidaciones.Gyroscope (GYD): En su fase inicial, promete un sistema de estabilidad dinámica que combina pools descentralizados y parámetros de gobernanza ajustables.
Aún es pronto para concluir si estos proyectos lograrán resistir en contextos adversos, pero suponen un paso adelante respecto a versiones anteriores.
Nota: Este artículo solo menciona brevemente a esos proyectos. Antes de invertir, es fundamental profundizar en sus fundamentos y riesgos.
¿Tienen futuro las stablecoins algorítmicas?
El interés por estas monedas se mantiene firme porque la idea de total descentralización conserva gran valor en un escenario de control cada vez mayor y supervisión sobre las stablecoins centralizadas. Sin embargo, la sostenibilidad de las algorítmicas depende de la solidez de los mecanismos técnicos y económicos para afrontar crisis de liquidez, especulaciones agresivas y condiciones macroeconómicas adversas.
En definitiva, la fortaleza de estas monedas no se basa solo en algoritmos “magistrales”. Hace falta construir un ecosistema amplio, con
liquidez suficiente, utilidades reales y comunicación transparente. Si fracasa alguno de estos pilares, la moneda se expone a riesgos elevados de derrumbe.
¿Vale la pena incorporar estas stablecoins en tu cartera?
En 2025, las stablecoins algorítmicas viven un renacer. Retornan con planteamientos mejorados y conscientes de fracasos pasados, pero aún arrastran cierto escepticismo y el desafío de ganarse la credibilidad a largo plazo.
Si llegan a cumplir su promesa de mantenerse estables sin entidades centrales, pueden convertirse en una pieza básica del futuro de las finanzas descentralizadas. Por ahora, siguen siendo una apuesta con potencial, pero que requiere cautela, investigación minuciosa y una vigilancia constante por parte de los inversores.
¿Conocías ya alguno de estos proyectos?
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